jueves, 23 de mayo de 2013

Supermassive Black Hole - Capítulo 9.


El camino hacía la sala donde daban el concierto me parecieron los veinte minutos más largos e incómodos de toda mi vida. Ninguno dijimos palabra, nos limitamos a mirar al frente. 
Cuando llegamos y entramos Dominic estaba esperando en el escenario junto con otro muchacho más alto y con el pelo más largo que ellos dos, un poco rellenito también, pero muy guapo. Por lo visto 
tocaban los primeros.

El local estaba lleno de gente con pintas varias; había desde punks, góticos, rockeros... hasta algunos que parecían niños de papá. También había una barra con un par de camareros que servían de todo; un billar en el otro extremo y el escenario al fondo. 
Me acerqué con Matt hasta donde estaban los otros dos componentes de Muse. "Hola Emily" me saludó muy contento Dominic. Parece que había olvidado lo de nuestro primer encuentro y, la verdad, me alegraba bastante porque no solía ser como fui entonces y quería llevarme bien con él pues parecía muy buen chico. "Hola Dominic" le respondí con una grata sonrisa. "Llámame Dom, por favor" yo asentí. "Este es Chris, nuestro bajista" me lo presentó Matt. "Hola, yo soy Emily, la compañera de piso de Matt" le dije dándole un apretón de manos. "Buenas" respondió risueño. 
"Venga vamos, empezamos casi que ya" le dijo Chris a Matt haciéndole una seña para subir al escenario. Yo me quedé abajo, obviamente, pero en primera fila a la izquierda, apoyada en la pared. 
Dom se sentó en el taburete detrás de su batería y Chris fue para la derecha a colocarse su bajo. Matt se colgó su guitarra, la misma que tenía en el apartamento el otro día, y se colocó delante del pie del micrófono que justo estaba en frente mía. Y empezaron la actuación. Todos los que estaban en la sala a excepción de mi empezaron a dar botes de un lado a otro al ritmo de la música. El primer riff de guitarra que dio Matt me dejó atónita. Nunca lo había visto tocar antes y era increíble, lo hacía genial; me quedaba embobada viendo cómo deslizaba con esa facilidad pasmosa sus dedos por las cuerdas del aquel instrumento. Chris también tocaba muy bien y se pasaba todo el rato haciendo headbanging (me pregunto si le dolería el cuello después...); y Dom le daba a la batería con una fuerza tremenda. El conjunto de los tres era asombroso, se veía una banda muy unida, no sabía bien por cuánto tiempo tenían grupo, pero lo hacían como si llevaran toda una vida juntos.
Entonces Matt tomó el micrófono y comenzó a cantar. Ni me había imaginado que el también cantaba y cuando lo oí... Dios mío, tenía la voz más preciosa que jamás había escuchado, y el sentimiento que le ponía al cantar me fascinaba. 
Llegó un solo de guitarra en el que se lució y yo me quedé maravillada al ver el espectáculo que daba haciendo unos movimientos mientras tocaba y tirándose al suelo con la guitarra. 
Terminó la primera canción y Matt volvió a tomar el micrófono mientras la gente aplaudía como loca: "¡Buenas noches, Devon! -dijo tomando aire- "¡¡A la batería tenemos a Dominic Howard!!" -la gente aplaudía como loca mientras Dom tocó los platillos- "¡¡Nuestro bajista es Chris Wolstenholme!!" Chris le dio a sus cuerdas y la gente volvió a aclamarles. Dom agarró el micro antes de que Matt dijera algo más: "¡¡Y este loco hijo de puta es Matthew Bellamy!!" terminó riendo mientras los otros dos integrantes, junto con el público, les seguían. "¡¡Y nosotros somos Muse!!" gritó de nuevo Matt alargando la pronunciación de esa última palabra. Todos vitoreábamos emocionados. 

Continuaron con el repertorio de canciones, a cada cual mejor que la anterior, conforme la sala se iba llenando de muchedumbre. 
En una de esas Chris soltó su bajo y tomó una guitarra acústica, y Matt soltó su eléctrica y se sentó al borde del escenario con el micrófono. Chris empezó a tocar un ritmo muy lento. "You could be my unintended... Choice to live my life extended... You could be the one I'll always love..." cantó Matt mirándome a los ojos. Su voz esta vez sonaba dulce, encantadora, ingenua... 
En ese momento se me encogió el corazón y me di cuenta: tenía que terminar lo que ni siquiera había empezado, no solo por mi, sino por Matt. No quería  llegar a hacerle daño, por eso no podía dejar que nada pasara entre nosotros. Estaba decidido. 
La preciosa canción terminó, los chicos volvieron a colgarse sus anteriores instrumentos y siguieron con el concierto hasta que se despidieron saludando al público y rociándolos con el agua de sus botellas; yo en ese momento me aparté.
La verdad es que me encantó totalmente la actuación. Eran realmente buenos y, si se lo montaban bien, quizás llegaran a ser conocidos en todo Reino Unido
Se bajaron del escenario y el otro grupo les tomó el relevo. Ni siquiera me fijé en ellos ni en qué tocaron, porque no me interesaba. Los miembros de Muse se aproximaron a donde yo me encontraba. "Bueno, ¿qué te ha parecido?" me preguntó Matt aún sembrado de euforia. Su tono sonaba como siempre, no sé si era por el recién acabado concierto, o porque había optado por dejar de lado lo que hace unas horas estuvo apunto de pasar en el sofá de nuestro piso. "¡Oh dios mío, sois increíbles!" les contesté totalmente sincera y emocionada mirando a cada uno por separado y dándoles la enhorabuena mentalmente ya que en mi gesto se notaba la admiración. "Muchas gracias" me dijo Dom, pero los tres me dedicaron una amplia sonrisa. "Vamos a por unas birras, ¿no?" sugirió Chris. "Sí, por favor, necesito algo de alcohol en mi sangre" aprobó la petición Matt a la vez que Dom afirmaba con la cabeza riendo y nos dirigimos a la barra.
Nos sentamos en las banquetas cada uno con nuestra cerveza. Ellos empezaron a hablar sobre cómo habían sonado, algunas cosas técnicas de los instrumentos y demás. Yo los escuchaba atentamente aunque no podía seguir la conversación. 

Cuando Matt se acabó su segunda cerveza se levantó y dijo "Chicos, creo que me voy ya, que estoy muerto". "Y yo me piro contigo" añadió Chris. "Oh, venga, yo quiero pararme un ratito más" le supliqué a mi compañero poniendo carita de cachorrito. "Quédate tú, pero yo me voy" -me contestó- "La cuidarás, ¿no, Dom?" le dijo a este. "Claro, tío"  después de decir esto se despidieron con la mano y bajista y guitarrista salieron por la puerta. "¿Quieres otra cerveza? Invito yo" me ofreció sonriente. "Pues sí, gracias" acepté su petición devolviéndole el gesto. Pidió dos cervezas al camarero, una para mi y otra para él, y propuso un brindis: "Por..." me dejó que acabara la frase "Por la música" terminé de decir yo; e hicimos "chin-chin".

Pasó el tiempo, para variar en mi vida, volando, entre charlas banales y risas con Dominic Howard. Cuando hice el recuento de las cervezas que llevaba conté tres, y estaba empezando a beberme la cuarta. Ya notaba los efectos del alcohol que hacían sentirme más ligera y cariñosa en cierto modo. 
"Dios mío, Dom, ¿qué hora será ya?" me costó un poco pronunciar del todo correcto aquello. "Ni lo sé, ni me importa" me respondió, apreciándose que la bebida le afectaba también a él. "Uf, yo creo que deberíamos irnos ya" propuse sutilmente. "Bueno, termínate esa cerveza y nos vamos" accedió él. "Okay" le respondí dándole un trago largo al botellín.
"¡Listo!" dije apoyando fuerte la botella ya vacía en la barra. "Pues vamos" me animó él levantándose del asiento. Yo, cuando puse un pie en el suelo, sentí cómo mi cabeza me daba vueltas. Estuve a punto de caerme, pero Dom me agarró del brazo. "Si que te sube a ti pronto el alcohol" me dijo. "Es que no suelo beber muy a menudo" expliqué. "Creo que voy a acompañarte a casa porque no me fío de que llegues viva, y si te pasa algo Matt me mataría", "Yo tampoco creo que llegase sana y salva, la verdad" le respondí riendo.
Salimos de aquel lugar y nos encaminamos a mi apartamento. El batería tuvo que sostenerme varias veces porque estuve a punto de acabar en el suelo. Madre mía, creo que nunca había estado tan borracha, pero él no se quedaba atrás. Decíamos tonterías y teníamos que pararnos sentados en el suelo a reírnos porque no podíamos continuar andando a la vez, era todo demasiado absurdo y divertido. Creo que debería irme de cervezas con Dominic Howard con más frecuencia, en una noche había tomado muchísima confianza con él. Efectivamente acerté en lo de que era un buen chico, era muy gracioso, pero también maduro, aunque no tuve la oportunidad de hablar muy seriamente con él.

Llegamos a mi edificio. Solté un largo bostezó, "Ay, qué cansada estoy..." entonces Dom, con un movimiento, me tomó en brazos. "¿Pero qué haces, idiota? ¡Bájame!" le ordené riendo. "La señorita está cansada, no se queje" bromeó y subió rápidamente las escaleras conmigo en brazos. Me bajó cuando estuvimos frente a la puerta del piso.
Busqué las llaves en mi bolsillo y me costó varios intentos meterla por la cerradura. Cada vez que fallaba Dominic se mofaba de mi. "¿Puedo pasar? Es que necesito ir al baño" me pidió cuando hube abierto la puerta por fin. "Sí, claro" le dije abriéndole paso. Me quedé esperándole en la entrada hasta que salió.
"Mucho mejor" dijo riendo; yo le seguí. El se acercó a la puerta y se quedó apoyado en ella. "Bueno..." articulé. "Bueno..." repitió él. Nos quedamos observándonos en la penumbra, ya que apenas encendí la luz, acompañados del silencio de la noche. Yo aún seguía muy mareada y borracha y él, por sus ojos, también lo estaba igual. Me fijé en sus ojos; la verdad es que eran muy bonitos, pero nada comparados con los de Matt. Matt...
Avancé un paso quedando prácticamente pegada a Dom, quien me miraba con cara de curiosidad y una sonrisita. Me puse un poco de puntillas y dirigí mi mano a su cuello mientras acerqué mi boca a la de él pegando mis labios a los suyos. Cerré los ojos. Le besé. 

1 comentario:

  1. Aaahhhh! Dios mio, AHORA si que se pone muy interesante!!! Sigue sigue sigue y que pase a mayores XDDD

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